top of page

Potros y Ovejas

  • Anónimo
  • 1 ago 2017
  • 3 Min. de lectura

Segundo post de mi colaborador! y está muy bueno, me he sentido demasiado identificada con lo que escribió y espero que ustedes se sientan igual.

Debemos cambiar, debemos probar nuevas cosas, debemos aprender a darnos ese amor propio que todos merecemos, y de eso trata este post.

espero que les guste:)

-Emily E.

Empezare con un pequeño relato...

Despiertas, sales de tu casa (como cientos de personas), esperas algo que te lleve a tu lugar (como miles de personas), estudias o trabajas durante todo el día; con suerte, con descansos a la mitad del día (como millones de personas), buscas otro algo que te lleve a tu lugar, y duermes nuevamente. Suena enfermizo.

Siempre me he cuestionado, como a pesar de ser el ser vivo que razona nunca hemos cuestionado nada de eso. Esto no lo digo en un sentido anarquista, hay que ser demasiado pretenciosos para creer que podemos cambiar un status quo solos. Lastimosamente, para cambiar una sociedad es necesario que los cambios sean hechos por la sociedad (puede que haya sonado obvio, pero vamos, ¿han visto en que sociedad vivimos?). Personalmente odio las rutinas, de ser necesario puedo ser varias personas en un mismo ciclo lunar, todo con tal de coexistir en el medio, lo llamaría adaptación, pero mi único propósito es no aburrirme de las personas (si me permiten precisar, no aburrirme del mundo, igualmente).

Desde ese punto de vista, me encanta la lectura, siento que es una forma de invitarme a otros mundos, y porque no, para el pobre es un modo de conocer este mundo. En estos días me encontraba en Copenhague leyendo como dos personas convivían en una.

Quizás somos poco pretenciosos y especulamos demasiados con nosotros mismos, hay tanto que hacer dentro del mundo, que es un poco injusto para el alma que nos quedemos acostados recriminándonos por todo aquello que no hacemos, (y muy estúpido, por cierto), ¿acaso es otro quien tiene la culpa de la indecisión?. Con el perdón de su ternura y abrazabilidad, somos un rebaño sin muchas dudas, sin muchas ideas y sin mucha condescendencia con los demás miembros. Solo estamos por estar.

Hay días en los que no duermo por lo mucho que me cuestiono, quiero decir ¿estoy siendo yo mismo en realidad? O solamente camino dentro de un camino para encajar, en todo caso ¿en dónde estoy encajando? Y con esto no estoy juzgando a mi prójimo, solo quiero decir que como mínimo un ser humano debe saber que le hace bien y que no. En mi caso, me hace bien estar solo, me encuentro interesantemente incomprendido, mi anhelo más grande es un día poder enamorarme de mi. No es narcisismo, yo lo definiría como humanismo, para poder convivir con un medio, debo comprender que es lo que va a entrar en ese medio. Hace mucho me dedique a esa simple tarea, puedo admitir que en el camino existen muchas opciones interesantes, unas no muy convencionales para los demás, pero muy excitantes hacia mí.

En eso fallamos muchos como humanos, no aprendemos a escucharnos, e intentamos forzar muchas cosas. A veces, buscamos complacer al mundo, sin entender que el mundo seguirá aquí, bien que mal. Sin embargo, es el ser humano el que se desvanece con cada día en el que no logramos sembrar algo para nosotros mismos. La vida se nos haría más fácil en general, si tomásemos unos quince minutos por día y nos hiciéramos esta pregunta:

¿Estás bien?, seria esplendido que la respuesta fuese si. En caso de que esta respuesta fuese errónea, seria momento de amarnos un poco más y hacer esta otra pregunta:

¿Qué puedo hacer por ti?


 
 
 

Comments


© 2017 by Emily Escartín. 

created with Wix.com

bottom of page